miércoles, 25 de enero de 2017

¿Alguna vez has tenido un mal día?

Déjame preguntarte ¿has tenido alguna vez un mal día?
Deberías saberlo mejor que nadie...
No hay nada tan cruel como los recuerdos, los tiros que se clavan como dardos. Colándose de pronto, aullando en la sinapsis. Ineludibles, implacables, insensibles. ¡Sin poder buscar consuelo en la locura! Y al fin encuentras a alguien que cambia tu vida... Y sientes que de algún modo ya no te conoces. Es curioso como un encuentro puede arrancarte fragmentos del pasado, deformar los recuerdos y la personalidad hasta poner en entredicho tu mera identidad. Y al percatarte de la necedad de cuanto vives, la risa reverbera en las paredes de tu propia vaciedad.
¿Has tenido la sensación de que toda tu vida te lleva hasta un solo momento?.
Me doy cuenta que tras todas las batallas, los malos días, la brutalidad... estaba actuando la mano del destino.
Sin duda. Ahora lo entiendo. No hay encuentros casuales. Todo estaba previsto. ¡Todo me ha llevado a quien he conocido hoy! Y podría decirse que lo ha cambiado todo.
¿Te das cuenta de la vileza del mundo en el que vivimos? ¿De lo lamentable que es atravesar tanta penuria en soledad?
¿Lo entiendes? ¡Claro! ¡Claro que lo entiendes! Aun en medio de una multitud, estas tan solo que puedes patear, romper, aullar desde lo hondo de tus pulmones, que a nadie le importa.... Es como si no existieras. 
A veces me he sentido atrapado en un camino que no va a ninguna parte, perdido en el vació, siento... Siento como si alguien hubiera quitado el tapón de mi mundo y me fuera arrastrando por el desagüe hacia otro totalmente nuevo, es como encontrarte con alguien que ves como tu igual, y eso es algo, que nunca había sentido.


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